lunes, 13 de agosto de 2012

Mauricio Macri y su INCAPACIDAD para gobernar

El gobierno del PRO extendió la red del servicio 1,5 km por año, casi 10 veces menos de lo que había prometido en la campaña.
El tema de fondo es ver cómo se ponen los subtes al día en términos de inversión, cómo se acercan a los estándares internacionales”. “No podemos transar y recibir algo que está quebrado en términos técnicos y financieros.” Estas frases fueron repetidas una y otra vez por el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri a lo largo de esta semana. Los dichos por ahora reafirman su decisión de rechazar el acuerdo que él mismo firmó el 3 de enero pasado, en el que aceptó la transferencia total del servicio de subtes de la Capital. El jefe de Gobierno habló por última vez el viernes, en una conferencia de prensa brindada en la sede del Ejecutivo porteño. Allí aprovechó para decir que los metrodelegados eran kirchneristas, que estaban en juego la libertad y la democracia, pero nada concreto sobre el conflicto gremial que tiene a los subterráneos parados y que ha hecho del viajar por Buenos Aires una odisea.
Cuando Macri remarcó que hacía falta inversión en los subtes porteños sabía perfectamente de lo que hablaba. Su gestión tiene un promedio de extensión de la red bastante más bajo del que tuvo Aníbal Ibarra, a pesar de que la situación económica general que le tocó a Macri fue mucho mejor. El PRO es la única administración que se ha endeudado en el exterior para financiar los subterráneoss desde que existe la autonomía porteña. Mauricio apeló estos días a una estrategia que suele utilizar seguido: victimizarse y comentar la realidad. Viene bien entonces repasar qué ha hecho el jefe del PRO respecto de los subtes hasta ahora.
Kilómetro y medio. Los datos que se darán a continuación están en un informe elaborado por los trabajadores de la empresa pública porteña Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), y coinciden con otro documento realizado por el bloque de legisladores de Nuevo Encuentro. Antes de seguir, hay que recordar aquella promesa de la primera campaña electoral del PRO, en la se ofreció extender la red de subtes 10 kilómetros al año, algo que sucedería porque la eficiencia de un empresario venía a reemplazar la inutilidad de los políticos. La realidad es que hasta ahora la gestión macrista agrandó la red, en promedio, 1,5 kilómetros por año. La cifra incluye túneles, lugares para guardar los trenes y licitaciones de obras que todavía no se terminaron de construir o no empezaron por distintos motivos.
Estos 1.500 metros anuales son casi 10 veces menos que los que se había prometido en la campaña y también están muy por debajo de lo que hizo otro jefe de Gobierno, político, por cierto, Aníbal Ibarra. Durante los seis años de ibarrismo la red de subterráneos creció a un ritmo de 1,93 kilómetros anuales, un 30 por ciento más que durante el período macrista. En esta comparación hay que destacar el contexto económico general. Ibarra gobernó desde el año 2000 hasta el 2006. Es decir que la mitad de su gestión transcurrió durante los momentos más complicados de la crisis económica y social que sacudió a la Argentina a comienzos de la década pasada.
Los indicadores de Macri están más cerca de los que tuvo el primer jefe de la Ciudad, Fernando de la Rúa. El radical extendió la red 1,38 kilómetros al año. Más abajo se ubicó Jorge Telerman, que reemplazó a Ibarra luego de que fuera destituido y gobernó desde marzo de 2006 hasta diciembre de 2007. Su promedio de extensión de la red fue de 0,63 kilómetros anuales.
El arte de subejecutar. El jefe del PRO dijo hasta el cansancio esta semana que necesita más recursos para poder hacerse cargo de los subtes. Esta afirmación, que tiene una dosis de verdad, dispara un interrogante: ¿qué hizo con los fondos que tuvo hasta ahora? ¿Cómo los utilizó? Algunas respuestas a estas preguntas se encuentran al repasar la ejecución del presupuesto de Sbase de los últimos años.
Durante los primeros doce meses de la gestión PRO, en 2008, los recursos de Sbase llegaron a 350 millones de pesos y se ejecutaron casi en su totalidad. Esto se explica porque en el primer año de gobierno Macri tuvo que pagar las obras que había licitado Telerman durante su breve paso por el poder. Al año siguiente, cuando Macri podía arrancar con más libertad sus políticas para el subterráneo, apareció un bache enorme en la utilización de los recursos. El presupuesto de la empresa Sbase en 2009 fue de 447 millones de pesos. Se gastaron sólo 145 millones, es decir, casi el 70 por ciento de los fondos fueron a parar a otra parte. Un dato comparativo al respecto: los 312 millones que no se usaron en 2009 equivalen al 90 por ciento de los recursos que el jefe del PRO necesitaría para hacer funcionar el subte cuando la Nación corte completamente el subsidio.
Sigamos: en el 2010 el resultado fue similar al del año anterior. Los fondos fueron 1325 millones de pesos. Se gastaron 436 millones, algo más del 30 por ciento.
La cifra de 1325 millones incluye una deuda de más de 300 millones de dólares que Macri pidió para los subtes. El Ejecutivo porteño colocó esa deuda pagando una tasa del 12,5% anual en dólares y además abonó 2,5%, unos 6 millones de dólares, en comisiones. Más allá de este descalabro en las comisiones, de los 1.200 millones de pesos que implicó aquel endeudamiento hasta hoy, dos años después de haber asumido la deuda, según los datos de la Auditoría General de la Ciudad, se invirtieron sólo 750 millones en la red. El resto está en activos financieros del Banco Central y en un plazo fijo precancelable del Banco Ciudad, que paga una tasa de interés del 6% anual.
El hueco de ejecución que hubo en el 2009 y el 2010 se explica por varios motivos. Uno de ellos es político: desde el inicio del gobierno del PRO, hubo una interna entre el ministro de Desarrollo Urbano, Marcelo Chaín, y el presidente de Sbase, que en ese momento era Jorge Irigorin. Irigorin era un hombre de confianza de Nicolás Nicky Caputo, el amigo de Macri desde la época en que ambos iban al colegio Cardenal Newman, empresario contratista del Estado porteño, y una de las figuras de la mesa política del jefe de la Ciudad. Las peleas entre Irigoin y Chaín en parte trabaron la ejecución del presupuesto porque no se ponían de acuerdo sobre cómo abordar las licitaciones y era necesaria la firma de ambos para avanzar.
El 2011 fue el único año en el que la gestión del PRO repuntó con el tema de la ejecución presupuestaria. Sbase utilizó el 92 por ciento de los 850 millones de pesos que tenía asignados. Quizá sirvió de estímulo que fuera un año electoral.
El arte de endeudar. El ex legislador porteño Gonzalo Ruanova tiene varios informes detallados sobre el funcionamiento de los subtes y su financiamiento. Habló con Miradas al Sur y remarcó: “Ningún jefe de Gobierno hasta la llegada de Macri emitió deuda para los subtes. Él fue el primero en hacerlo”.
La cuestión del endeudamiento no es un detalle, entre otras cosas porque uno de los argumentos que esgrime Macri para no hacerse cargo del servicio es que la Nación no le autoriza un endeudamiento de 10 mil millones de pesos con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El aspecto en el que con más claridad la gestión de Macri en la Ciudad se parece a la que hizo Carlos Menem en la Nación durante la década del ’90 es en el incremento de la deuda pública. Desde el comienzo del mandato del jefe del PRO hasta hoy, sumando el endeudamiento aprobado para este año, los pasivos de la Ciudad crecieron un 280%. Pasaron de 1.600 millones de pesos en el 2008 a 6.700 millones en 2012.
“La mayor parte de esos recursos se fueron para pagar los aumentos del gasto corriente –dijo Ruanova– se usaron para financiar gastos como el contrato de de recolección de basura, que está tercerizado y tuvo un incremento muy superior al de los salarios de los trabajadores porteños. Hoy la Ciudad gasta en recolección 1.800 millones de pesos por año mientras que a fines del 2008 eran 700 millones”.
Estas cifras tienen que ver con los subtes por una cuestión concreta, una pregunta inexorable: la Ciudad, ¿tiene recursos para hacerse cargo del subterráneo?
“Claro que puede –remarcó el legislador de Proyecto Sur Rafael Gentilli–. Yo creo que Macri negoció mal con la Nación. Debería haber pedido que una parte del subsidio fuera durante más de un año. De todos modos, esto es una cuestión de prioridades de gestión. El subsidio que aportaba Nación era de 700 millones de pesos anules. Macri subió la tarifa y con eso ya cubrió casi la mitad, así que le faltaban 350 millones. La Ciudad gasta, por ejemplo, 800 millones en la Metropolitana. Si pudo generar esos recursos para la policía debería poder generar 400 millones para el subte. Se pueden cobrar más caros los peajes, se puede discutir la partida de publicidad, que para este año ronda los 200 millones de pesos, casi el 70 por ciento de lo que hace falta para los subterráneos.”
El presupuesto total de la ciudad de Buenos Aires para el 2012 es de 36 mil millones de pesos. Los 350 millones que harían falta para cubrir los subsidios que recortaría el Gobierno Nacional el próximo año representan el 1% del total. Las posibilidades de aumentar impuestos a los que más tienen, de reasignar partidas de gastos superfluos, de revisar el funcionamiento de la concesión, son algunos de los instrumentos que el jefe del PRO tendría a la mano para dar los primeros pasos en la administración del servicio.
Pero antes de todo eso hace falta otra cosa: la voluntad de hacerse cargo.
http://sur.infonews.com/notas/la-deuda-de-macri-con-los-subterraneos

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