Agobiados por una desocupación récord, con familias perdiendo sus casas en manos de los bancos, con la recesión golpeando sus puertas, miles de jóvenes norteamericanos copiaron el ejemplo de los “indignados” españoles y se encolumnaron detrás de la frase “Ocupar Wall Street”, para marchar en la capital del ultracapitalismo, en Nueva York, contra la codicia y corrupción del sistema financiero.
Acampan y marchan desde hace semanas. Incluso llegaron a cortar parte del Puente de Brooklyn, pero la policía reprimió y encarceló por algunas horas a 700 de ellos.
Al grito de “somos el noventa y nueve por ciento”, miles de estos jóvenes volvieron a manifestarse el lunes pasado. Se reunieron en Zucotti Park, en el bajo Manhattan, y cerca de las cinco de la tarde comenzaron a marchar por el distrito financiero.
A la altura del 55 de Wall Street, desde un lujoso edificio, unos curiosos se agolparon en los balcones para seguir la marcha.
Con sus costosos trajes y vestidos, hombres y mujeres, con copas llenas de champagne en mano, saludaban sonriendo a los manifestantes. Burlándose de la protesta, levantaban sus copas en un imaginario brindis con esos jóvenes que estaban repudiando todo lo que esos curiosos representan.
¿Desde dónde saludaban? Desde el histórico edificio del Cipriani –Ciprion Club Residences–, un club privado que agrupa a la elite de Wall Street, que tiene un total de 106 residencias exclusivas.
http://veintitres.elargentino.com/nota-3484-internacionales-Si-esto-no-es-capitalismo-salvaje.html
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