miércoles, 11 de enero de 2012

Academia: Negri, Anido, Mesías, Roberto Blanco, Peano, Sacchi, Corbatta, Pizzuti, Cárdenas, Rubén Sosa y Belén,

Crónicas de verano: A 50 años del debut del “Chango” Cárdenas en “La Feliz”

El viernes 16 de enero del 62, Racing Club de Avellaneda, campeón del torneo de AFA en el ´61, probaba a un pibe en Mar del Plata. Primer amistoso de verano. El viejo (e inolvidable) estadio General San Martín inauguraba la iluminación, la noche que debutaba de “9″ Juan Carlos Cárdenas para la “Academia”.
Por José Luis Ponsico | El “Chango” Cárdenas, consagrado en el Campeonato Argentino (Interprovincial) tenía 16 años. Un dirigente de Racing lo fue a buscar a Santiago del Estero. “Mis padres aceptaron que viajara y quedara unos días alojado en el Hotel Castelar, cerca del Obelisco”, contó alguna vez.
Un delantero rápido, vivo, astuto para jugar a espaldas de los defensores rivales. Con buena pegada. “Darle con las dos se lo debo a Carlos Peucelle cuando estuvo en las inferiores”, dice el “Chango” en su reconocimiento a un formador de futbolistas.
Ganó Racing 3-2 y el santiagueño hizo dos goles. Ambos por jugadas del genial Oreste Omar Corbatta, desbordando por derecha a una defensa “no precisamente escalonada” dirían ahora. Esa noche estaban todos menos Pedro Mansilla “9″ titular y operado de meniscos.
Jugaron para la Academia: Negri, Anido, Mesías, Roberto Blanco, Peano, Sacchi, Corbatta, Pizzuti, Cárdenas, Rubén Sosa y Belén, autor del tercero de los goles. En la selección de Mar del Plata jugaba Carlos Benítez, 9, atacante de General Urquiza, campeón de Primera B. Hizo dos.
A Benítez le decían “Espía” -jugaba en Capital Federal y viajaba todas las semanas a La Feliz.
Lo mismo hacían otros. Mar del Plata en los´60 se convirtió en un mercado de ex futbolistas consagrados. Llegaron Alfredo Borgnia, “crack” de Ferro y San Lorenzo en los´40; además de Juan Chena, ex Estudiantes.
También volvieron “Pierino” (Herminio) González, ex Boca (ídolo 1951/54) Luis Cardoso ex Independiente (Avellaneda) y Palmeiras (San Pablo) y Roberto Saba, ex Independiente, San Lorenzo y Peñarol de Montevideo. El torneo local lo ganó el “rojo” Saba, jugador y técnico.
El fútbol era “romántico”. Los jugadores llegaban a Mar del Plata y muchos de ellos se quedaron para siempre. Cárdenas, muchos años después, le comentó al autor de estas líneas que cuando llegó el directivo de Racing a Santiago del Estero -él jugaba en el Club Unión, allá- la familia se conmovió.
“El barrio también. Mi papá le pidió a una de mís hermanas mayores que regara adelante de la casa porque el calor y la tierra seca espantarían al visitante. Racing pagó 100 mil pesos como adelanto. Le mandaron al club mío cosas que necesitaba. Hasta varios fútbol número 5″, siguió.
“Cuando concurrí al primer entrenamiento en El Cilindro me tuve que cambiar cerca del gran Federico Sacchi, el “Loco” Corbatta, el “Marqués” Rubén Sosa, también el Maestro Pizzuti y la Bruja Belén, guardé la escena como si fuera un sueño. Tenía 16 años cumplidos en julio”
recordó.
Cárdenas jugó en México y volvió a Racing en el´76. Es uno de los ídolos contemporáneos y
mantiene su vigencia como referente histórico a partir del golazo decisivo en Montevideo hace
45 años. “Casi 6 años después del debut en Mar del Plata viví otro sueño”, relató el “Chango”.
El zurdazo desde 35 metros en el Estadio Centenario al Celtic Glasgow, Escocia, campeón de Europa, quedó en la memoria de todo los argentinos y para siempre. “No se destapaba nadie y le dí de lejos”, explicó en una de las entrevistas al cronista marplatense que lo vió debutar.
“El piso estaba desparejo; la pelota se levantó un poquito para que la calzara y clavara, arriba
siendo inatajable”, concluyó el pibe que vino de Santiago del Estero a probarse hace 50 años.
Un chico lleno de ilusiones que enseguida recibió la visita de su madre.
“Vengo a quedarme, no podés estar solo”, sentenció aquella vez la señora que “fustigó” a la
pasada al directivo. “Usted, señor, no me dijo que mi hijo estaría solo en Buenos Aires. Tiene 16 años”, disparó ella. “Yo no cruzaba ni la Avenida de Mayo por temor al tránsito”, cerró él.

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