lunes, 16 de enero de 2012

CON MACRI NADA FUNCIONA EN LA CABA

Tratando de hacer funcionar más rápido un endeble y viejo ventilador de techo. Moviendo inútilmente la perilla que giraba en falso, mientras la sensación térmica en la Ciudad de Buenos Aires, del otro lado de la ventana entreabierta, se arrimaba a los 40 grados centígrados.
 Así me encontraba el pasado martes en el box Nº3 de la Guardia del Hospital Álvarez, acompañando a Tina, de 86 años, la abuela de mi mujer, quien padece una anemia galopante, cuando como un campanazo seco y agudo se escuchó: “Se está incendiando el hospital. ¡Hay que salir ya!”

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